CON INTEGRIDAD
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas Deuteronomio 6:5.
Al entrar en el departamento, Adrián dejó el maletín en el centro de la sala y se derrumbó, pesadamente, en el sofá. Estaba exhausto: el trabajo del día había sido agotador, el jefe había estado más insoportable que de costumbre y hasta el calor, agobiante en esa época del año, se había mostrado infernal.
Con las manos debajo de la nuca y mirando a un punto indefinido del techo, el joven ingeniero no dejaba de pensar en lo último que le sucediera aquel día; en realidad, eso era lo que lo incomodaba.
BUENO EN GRAN MANERA
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana, el día sexto. Génesis 1:31.
El trabajo en la playa había sido agotador. El calor había estado insoportable, y Eulalia no lograba mantenerse en pie. A los veinte años de edad, le parecían injustas las venas abultadas de sus piernas.
Tanta gente bonita, en aquella playa famosa, que mostraba la belleza de sus cuerpos en costosos trajes de baño. Y ella, ahí, vendiendo refrescos para conseguir un poco de dinero, que mal le alcanzaba para
sobrevivir.
“¿Qué mundo es este?”, se preguntó a sí misma, levantando los ojos al cielo en busca de alguna respuesta. Pero, todos parecían indiferentes a su dolor y a la rebelión de su corazón.
¿QUÉ SEÑAL?
Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Mateo 24:3.
La curiosidad es innata en el ser humano; en realidad, es el primer paso hacia el descubrimiento. Nada habría sido descubierto en el mundo, si el hombre no fuese curioso por naturaleza. Pero, la curiosidad debe
ser orientada de forma correcta; de otro modo, puede llevar, incluso, a la destrucción. Esa fue la tragedia de nuestros primeros padres.
La curiosidad es innata en el ser humano; en realidad, es el primer paso hacia el descubrimiento. Nada habría sido descubierto en el mundo, si el hombre no fuese curioso por naturaleza. Pero, la curiosidad debe
ser orientada de forma correcta; de otro modo, puede llevar, incluso, a la destrucción. Esa fue la tragedia de nuestros primeros padres.
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